La iglesia de El Salvador es un templo ubicado en pleno casco histórico de Toledo, terminada en el año 1159 y que, a pesar de su pequeño tamaño, es una estructura notable debido a su importancia histórica.
La parroquia es el resultado de cuatro construcciones sucesivas, cada una construida sobre la anterior.
Se originó como un edificio religioso visigodo del siglo IX, que luego se amplió hasta convertirse en una mezquita taifa del siglo XI durante el dominio islámico.
Con el tiempo, la mezquita Taifa se transformó en una iglesia del siglo XII durante la época cristiana.
Esta superposición de diferentes elementos religiosos y arquitectónicos se suma a la naturaleza excepcional de la Iglesia de El Salvador, convirtiéndola en un lugar imprescindible para comprender la diversa historia de la capital de Castilla-La Mancha.
Historia de la parroquia de El Salvador
La actual iglesia de «El Salvador» está situada próxima al Convento de Sta. Úrsula, y a la famosa iglesia de Santo Tomé.
Este edificio tiene un notable significado histórico ya que se menciona en la famosa obra “Lazarillo de Tormes”, y fue el lugar del bautismo de Juana «La loca» de Castilla y del escritor Francisco de Rojas Zorrilla.
El edificio fue construido sobre una antigua mezquita, lo que explica su orientación hacia La Meca en dirección sureste.
En particular, se reutilizaron varios elementos del edificio visigodo anterior, lo que llevó a la conservación de una arcada de herradura adornada con decoraciones esculpidas de temas figurativos, una característica poco común en una iglesia.
La Pilastra de su capilla es un ejemplo de esto, mostrando varias escenas milagrosas visigóticas de la vida de Jesús.
Con el tiempo se fueron realizando modificaciones cristianas en la mezquita, dando como resultado la estructura actual.
Al finalizar el siglo XV se añadió la capilla en honor de Santa Catalina, de estilo gótico.
La torre de la iglesia corresponde al alminar de la anterior mezquita, con un añadido de ladrillo barroco en el cuerpo de las campanas.
Este lugar de culto se dedicó a San Salvador, y el edificio pasó por una importante restauración en el sigl XV, después de un voraz incendio.
Álvarez de Toledo supervisó la restauración y añadió nuevas capillas, destacando la de Santa Catalina.
«El Salvador» se erige como un importante sitio cultural e histórico en Toledo, que refleja su pasado estratificado y las diversas influencias religiosas que han dado forma a la ciudad en su historia.