Los que nacimos en Toledo hace ya décadas, sabemos lo mucho que ha cambiado desde entonces, y por eso podemos intuir lo diferente que es el Toledo de nuestros hijos respecto al de nuestos padres.
He elaborado un paseo nostálgico por Toledo a través de «postales en blanco y negro», la Ciudad Imperial o de las Tres Culturas, comentando los monumentos y espacios más representativos.
Se han escrito varios libros y existen decenas de webs que tratan cómo era nuestra ciudad antaño, y te invito a busques las mismas imágenes hoy en día. Espero que te guste.
La importancia turística de Toledo originó desde finales del siglo XIX un mercado importante en la edición de tarjetas postales, tanto para editores españoles, locales o extranjeros.
Prueba de ello es que casas tan prestigiosas como Hauser y Menet o Romo y Füser entre otros, sacaron ediciones de tarjetas con las vistas, calles, rincones y monumentos más importantes de la ciudad.
Hospital de Afuera (Tavera)
Comenzamos en el Hospital de Tavera, también conocido como Hospital de Afuera. Nos encontramos ante una gran construcción renacentista del siglo XVI. Destacan en su interior el patio doble y la iglesia con el sepulcro de su fundador el arzobispo de Toledo y presidente del Consejo Supremo de Castilla, cardenal Juan Pardo de Tavera. Es sede del Museo de la “Fundación Duque de Lerma”.
Puerta de Bisagra
A unos 100 metros de fachada principal del hospital, se encuentra la Puerta de Bisagra, antiguamente conocida como de Bab Sagra (Puerta de la Sagra). Es de origen musulmana (siglos X-XI) conservándose de esta época unos escasos restos en su interior (muros de mampostería y arcos de herradura).
En 1550 fue sustituida por la puerta renacentista que ahora contemplamos.
Su fachada exterior consta de un gran arco de triunfo de sillares almohadillados coronados por el monumental escudo imperial del águila bicéfala que Carlos V concedió a la ciudad. La portada queda flanqueada por dos gruesos torreones de mampostería.
Tras la fachada se encuentra el patio de armas y un segundo cuerpo con dos torres gemelas coronadas por chapiteles de céramica con el escudo del emperador, simbología que contiene la fachada clásica que mira a la ciudad.
Subiendo hacia la misma, surge la Iglesia de Santiago el Mayor, también llamada del Arrabal, en la que destaca su torre-campanario mudéjar.
La Puerta del Sol
Unos metros más arriba llegamos a la Puerta del Sol. Su aspecto actual es fruto de varias remodelaciones, remontándose su origen a tiempos de la taifa toledana (siglos X – XI), conservándose de esta época los arcos de herradura interiores.
Fue reconstruida por el arzobispo Don Pedro Tenorio en el siglo XIV en el más puro estilo mudéjar.
En el frontal de su arco de herradura tiene un gran medallón de mármol, que en el interior de un triángulo representa el milagro de la imposición de la casulla a San Ildefonso por la Virgen. Sobre éste se pintaron, a mediados del siglo XVIII, las figuras rojizas de un sol y una luna, de ahí su nombre actual.
Ermita del Cristo de la Luz
Muy próxima, y a tus espaldas subiendo por unas pequeñas escaleras, se encuentra la Puerta de Bab-al-Mardum, o Valmardón, antigua construcción musulmana que da paso a la Cuesta del Cristo de la Luz por la que se sube a la Ermita del Cristo de la Luz, antigua y pequeña mezquita construida en los últimos días de año 999, que constituye el más importante monumento islámico de Toledo.
En su reducida planta cuadrada se sitúan cuatro columnas con capiteles reutilizados que dan lugar a nueve espacios separados por arcos de herradura y cubiertos por pequeñas cúpulas de arcos cruzados iguales.
En el siglo XIII se le añadió un ábside románico-mudéjar, semicircular en el interior y poligonal en el exterior, decorado interiormente con interesantes frescos.
Plaza de Zocodover
Retornando a la Puerta del Sol y subiendo toda la Calle de Armas, llegamos a la original y famosa Plaza de Zocodover, antiguo zoco de ganado de donde procede su nombre: Suq ad dawabb (mercado de las bestias), escenario y protagonista de multitud de acontecientos del pasado, actualmente el centro urbano más importante de Toledo donde se concentra gran parte de la actividad económica y social de la ciudad.
El Alcázar de Toledo
Subiendo la cuesta llegamos al Alcázar, emplazamiento sucesivo de un campamento romano del siglo III, un castillo musulmán y un alcázar cristiano. Tiene planta cuadrada con cuatro grandes torres rematadas por agudos chapiteles en los ángulos y gran patio central.
Ha sufrido varias modificaciones, incendios y en la guerra civil quedó casi totalmente destruido. Restaurado hasta recuperar su primitivo aspecto, actualmente alberga algunas dependencias militares, Museo del Ejército y Biblioteca Regional de Castilla-La Mancha.
Museo de Santa Cruz (Hospital de la Santa Cruz)
Otra vez en Zocodover y atravesando el popular Arco de la Sangre, antigua puerta de la muralla, cuyo nombre procede de la capilla del Cristo de la Sangre situada encima de él, llegamos al Hospital de la Santa Cruz, magnifica construcción renacentista fundada por el Cardenal Mendoza.
Destacan en el conjunto su plateresca fachada principal y el patio central.
Sus salas forman una grandiosa cruz de dos cuerpos cubiertas con fastuoso artesonado. En la actualidad alberga varios museos.
Calle Comercio
De nuevo en Zocodover, por la calles del Comercio, arteria principal de la ciudad, Hombre de Palo y pasando por debajo del Arco de Palacio, pasadizo elevado que comunica la Catedral con la residencia del Arzobispo, llegamos a la plaza del Ayuntamiento.
Catedral de Toledo
La plaza está encuadrada por el Ayuntamiento, el Palacio Arzobispal (ambos del siglo XVI), el Palacio de Justicia y la impresionante Catedral, construida entre 1226 y 1493 y que es, sin lugar a dudas, una de las joyas del gótico español. Tiene planta de cinco naves, crucero y doble ábside con capillas radiales.
Su interior es un auténtico museo de obras de arte de todos los estilos: rejas, retablos, vidrieras, portadas, esculturas, pinturas, monumentos funerarios, orfebrería, … El claustro y la torre son refinadas obras del siglo XIV. Sería una “pecado” perderse el Tesoro, la Sala Capitular, la Capilla Mozárabe, la Capilla de la Descensión y la Sacristía.
Volviendo a pasar el Arco de Palacio, a la izquierda cogemos las transitadas calles de Trinidad y Santo Tomé, donde al fondo se divisa la torre mudéjar de la Iglesia de Santo Tomé.
En una capilla aneja a espaldas de la iglesia, ya en la Plaza del Conde donde se encuentra la sede de la Presidencia de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, se accede a la sala donde podemos admirar la gran obra del Greco “El Entierro del Conde Orgaz” que representa la aparición de San Agustín y San Esteban en el entierro del conde, Gonzalo Ruiz de Toledo, milagro que se supone ocurrió en esa iglesia. Al pie del cuadro se han encontrado recientemente unos restos humanos que se supone son del conde.
Sinagoga del Tránsito
Bajando por la calle San Juan de Dios y al final del Paseo del Tránsito, se encuentra la Sinagoga del Tránsito, fundada en 1366 por Samuel Leví, tesorero de Pedro I. En 1492, al producirse la expulsión de los judíos, los Caballeros de Calatrava tranformaron su uso, primero en priorato, luego en encomienda y durante el siglo XVIII en ermita dedicada al Tránsito de Nuestra Señora.
En este edificio quedó plasmado todo el lujo de la arquitectura toledana, que recogió las tendencias del arte islámico cordobés y almohade, y del gótico.
Hoy es una de las escasas muestras de la arquitectura judía en España.
En su interior nos encontramos con un gran salón rectangular, con muros decorados de exquisitas yeserías de tipo almohade y cubierto con un soberbio artesonado mudéjar. Actualmente alberga el Museo Sefardí.
Continuando por la Calle de los Reyes Católicos y a pocos metros, se encuentra la Sinagoga de Santa María la Blanca. El pobre aspecto de los muros exteriores y el reposado jardín no indican la belleza que se esconde en su interior. Construido en 1180 se reconstruyó en el siglo siguiente en el más delicado estilo mudéjar con fuertes influencias almohades.
En la segunda mitad del siglo XV se convirtió en templo cristiano bajo la advocación de la Virgen.
Consta de cinco naves blancas separadas por arcos de herradura sobre pilares ochavados, con bellos capiteles clasistas oriental. Los muros están decorados de filigrana en yeso.
Monasterio de San Juan de los Reyes
Ya desde aquí, se observa la monumental silueta del Monasterio de San Juan de los Reyes, fundado por los Reyes Católicos para conmemorar la victoria de Toro (1476). En principio iba a servir como mausoleo de los Reyes, pero cambiaron de opinión cuando conquistaron Granada y según se cuenta, el acabado del Monasterio contó con el visto bueno de la propia Reina.
Es el ejemplar más representativo del llamado estilo isabelino o flamígero. Las cadenas que penden en los muros del exterior de la Iglesia proceden de los cautivos cristianos liberados por don Fernando en Málaga y Almería durante la conquista de Granada.
Del monasterio, destruido parcialmente durante la Guerra de la Independencia, sólo se conserva la iglesia y el claustro.
La Iglesia es de una sóla nave con capillas entre los contrafuertes, ábside pentagonal, crucero y coro a los pies. Adosado a su muro norte está el precioso claustro de planta cuadrada y de dos pisos, ambos abundantemente decorados.
Puerta del Cambrón
Siguiendo nuestro paseo, nos encontramos con la Puerta del Cambrón. Esta puerta de la muralla de la ciudad, actualmente de estilo renacentista, es de origen musulman y se le suele identificar con la puerta de los judios. Aún mantiene su estructura primitiva de un vano entre dos torres y restos arquitectónicos islámicos en su cuerpo exterior.
Su aspecto actual es el resultado de numerosas reconstrucciones ocasiones.
El nombre es debido a las plantas espinosas, llamadas cambroneras, que crecían en sus alrededores. Por esta puerta accedían a la ciudad los viajeros y mercancías que llegaban de los Montes de Toledo y desde el oeste a través del Puente de San Martín.
Continuando a la derecha por el recientemente rehabilitado Paseo de Recaredo, observaremos hasta llegar a la próxima parada, la muralla del arrabal jalonada de torres semicirculares y rectangulares.
Antes, a la derecha, se encuentra el acceso a las escaleras mecánicas que conducen a la Diputación y al resto del casco antiguo. Durante su recorrido se puede observar vistas de la parte nueva de la ciudad.
Es tu decisión cogerlas o no. De nuevo abajo, a unos poco metros, se encuentra la Puerta de Alfonso VI o de Bisagra antigua, que es la construcción musulmana más antigua y mejor conservada de la ciudad.
Data de mediados del siglo IX. Según se cuenta, por ella entró Alfonso VI cuando tomó la ciudad. Un poco más arriba se encuentra la Puerta de Bisagra (nueva), final de nuestro gran paseo postal.
Puente de San Martín
Ya puestos, y como hasta ahora este paseo virtul no te ha cansado -eso espero-, merece la pena darse una vuelta por la carretera de circunvalación en dirección sur (opuesto al recorrido hecho hasta ahora), para ver y cruzar los dos puentes sobre el olvidado río Tajo y para observar las impresionantes vistas que nos ofrece la ciudad.
El Puente de San Martín, sustituyó a otro, aguas abajo, que se llevó la riada de 1203. En 1357 se constata la existencia de un nuevo puente que fue destruido parcialmente durante el enfrentamiento sucesorio entre don Pedro I y don Enrique de Trastamara.
La reconstrucción la acometió el arzobispo Pedro Tenorio dos siglos después. Es de cinco arcos sobre robustos pilares y conserva sus dos torres defensivas.
Puente de Alcántara
Diametralmente opuesto a éste, se encuentra el Puente de Alcántara, pero antes de llegar merece la pena hacer una parada entre ambos para admirar las impresionantes vistas que nos ofrece la ciudad, donde destacan el Tajo, el Alcázar, la Catedral, San Juan de los Reyes, San Juan Bautista, la Academia Militar, el Castillo de San Servando o las Cortes Regionales.
El Puente de Alcántara, de origen romano, fue casi derruido en el 854 y reconstruido en 997 por los musulmanes (al-qántara significa el puente) y de nuevo por Alfonso X en 1258, época a la que corresponde su torre mudéjar de su extremo occidental, y en 1484 por los Reyes Católicos, cuyas armas figuran sobre el arco de la torre oriental, que descansa sobre un gran estribo árabe.
Castillo de San Servando
El Castillo de San Servando, se alza sobre el cerro que domina el extremo oriental del puente.
Fue construido por los musulmanes, reedificado completamente en estilo mudéjar por el arzobispo Tenorio a finales del siglo XIV y totalmente restaurado a mediados del siglo XX.
Terminamos el paseo en otro castillo situado en la Huerta del Rey, el Palacio de Galiana. Galiana era la hija de un rey moro que se casó con Carlomagno.
Morisco sólo queda la planta ya que el resto es obra mudéjar del siglo XIV aunque demasiado restaurado en el siglo pasado. Sólo puede ser visitado los lunes.
Aparte de estos monumentos, museos, vistas y rincones, hay más, muchos más: Circo Romano, Iglesia de San Román, Iglesia del Salvador, Parroquia de Santa Eulalia, Mezquita de Tornerías, Mezquita del Salvador, Parroquia de San Lorenzo, Baños Árabes, Puerta de Doce Cantos, Iglesias de San Lucas, San Juan Bautista, San Sebastián, Santa Justa y Rufina, San Andrés, Santa Leocadia, San Lázaro, Taller del Moro, Casa de Mesa, Posada de la Hermandad, Palacio del Rey Don Pedro, Colegio de Doncellas, Palacio Arzobispal, Real Fábrica de Armas, Conventos de Santo Domingo el Real, de Silos, San Clemente, Santa Isabel, San Pedro Mártir, Santa Ursula, San Pablo, Museo de Arte Contemporáneo, Museo del Taller del Moro, Museo de Victorio Macho, Casa del Diamantista, Ermita del Valle …
Hay miles de lugares que mostrarte pero es una buena muestra, y aún visitando todos ellos, lo bueno es que nunca llegas a conocer Toledo, siempre descubres algo nuevo …
Fuentes: Las imágenes se han recopilado de las bibliotecas fotográficas de Hauser, Menet o Romo y Füser, Fototipia Laurent (posteriormente Lacoste y J. Roig), Roisin, Grafos Madrid, Fototipia Thomas, Purger & Co, Fototipia Castañeira, Álvarez y Levenfeld, Heliotipia Artística Española, Librería de Madrid, Viuda e hijos de J. Peláez, Enrique Vera y Abelardo Linares.